Alimentación de los gestantes de ganado ovino y caprino
En las épocas en las que los animales pastorean por el campo, su alimentación se basa en pastos, rastrojeras de cereales, residuos de cosechas (maíz y remolacha). Excepto en determinados periodos del verano o del invierno, en los que los pastos son escasos, estos recursos son suficientes para cubrir las necesidades nutritivas de las ovejas y cabras que están vacías o se encuentran en los primeros meses de gestación.
Los animales que están en lactación o en el último periodo de gestación, es decir, en las seis semanas que preceden al parto, deben recibir una ración complementaria.
El consumo de este tipo de piensos permite evitar muchas enfermedades estomacales en estos pequeños animales. Constituyen un suplemento de proteína adicional al de la leche materna o artificial que prepara a las hembras para su desarrollo posterior.
La utilización de piensos de iniciación permite aumentar la rentabilidad en ovino y caprino. Un pequeño porcentaje de ovejas y cabras no producen suficientes cantidades de leche para cubrir las necesidades de los lactantes. A veces no es un problema de la cantidad, sino de la calidad de esa leche. Con los piensos de prearranque se les aporta la energía que necesitan.
De esta forma, se estarán aportando todas las vitaminas y minerales necesarios para el desarrollo del animal y que no se encuentran en la leche. Como en el caso de las vitaminas del grupo E y selenio cuya deficiencia desencadenan procesos patológicos.
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